Acaricia un susurro suave como el algodón el alma
mientras el viento mece las hojas de un jardín hechizado
y una melodía emite el rumor de las hadas durmientes
al despertar al alba de un sueño multicolor.
En medio de un aterciopelado paraje escondido
espolea el vuelo entre sedosos pétalos de flor
una brisa que sosiega las congojas del alma
hasta evaporarla junto al primer rayo de sol.
La mirada se pierde entre enmarañados celajes
mientras las huellas dibujan un camino sin fin
a lo más recóndito de un solitario planeta
donde ante la creación divina nada cabe añadir.
Edulcora un perfume de lirio la aurora
a la vez que el resplandor de una estrella lunar
hace vibrar las cuerdas de una lira encantada
que tañe el aire de la respiración al amar.
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