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| La noche estrellada, Vicent Van Gogh, 1889 |
Quiero
apresarte en mi mano,
cerrarla,
y hacer
que tu luz plateada se expanda
cual
puntas de flecha inflamada
que
horadan la piel malherida.
Quiero
acogerte en mi seno,
apretarte,
y que
entre mis dedos entumecidos
despidas
lucero robado
la luz de
una explosión infinita.
Quiero
llevarte conmigo,
estrujarte,
y que cual
polvo de oro divino
que del
cielo ha sido usurpado
fundas mi
cuerpo encendido.
Quiero que
yazcas conmigo,
poseerte,
y que al
cerrar mis ojos llorosos
la lluvia no logre ahogar
la lumbre
de mis entrañas.
Descuélgate,
ven a mí e
inúndame de luz,
calcina mi
piel hasta lograr
que me
convierta en polvo
ardiendo
bajo este cielo que llora
lágrimas
de fuego.
MARÍA FRAILE
YUNTA
Muy bello. Saludos, Olga
ResponderEliminarGracias Olga. Un saludo, María.
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